Matías Costa - Fotógrafo en tránsito
Matías Costa nace en Buenos Aires, Argentina, en 1973. Vive en Madrid. Su trabajo explora las nociones de territorio, identidad y memoria, a través de una aproximación artística a la tradicional fotografía documental.
A lo largo de su carrera ha recibido numerosos reconocimientos, como el World Press Photo en dos ocasiones, el premio Descubrimientos en la primera edición del festival PhotoEspaña o la mención de honor en el Concurso RM de Fotolibro latinoamericano. También ha ganado el Premio Leica, en el Festival Images de Vevey, Suiza y ha recibido las becas de la Fondation Lagardère en Francia y Fotopres de la Fundación La Caixa.
Su trabajo ha sido ampliamente expuesto en centros de arte de todo el mundo, y forma parte de colecciones de arte como el Museo de América (España), el Hubei Museum of Art (China), el Museo de Arte Contemporáneo (Panamá) y colecciones privadas.
Ha publicado los libros Zonians (La Fábrica, 2015), Photobolsillo (La Fábrica, 2011 y reedición en 2014), The Family Project (Lens, 2012) y SOLO (La Fábrica 2020).
Es también profesor de Fotografía Documental Contemporánea en la Escuela Universitaria TAI-Universidad Rey Juan Carlos y en las escuelas EFTI, LENS y TOO MANY FLASH, de Madrid.
Entre diciembre de 2020 y enero de 2021 tiene lugar su primera retrospectiva en el centro de arte Sala Canal de Isabel II, de la Comunidad de Madrid.
Matías Costa se encuentra en tránsito permanente, ya que su recorrido personal y profesional están profundamente marcados por los desplazamientos. En sus propias palabras: «Nací en Buenos Aires, en una familia procedente de Europa del Este, Italia y España y desbaratada por más de cien años de migraciones. Me exilié en España a la edad de cuatro años. Los temas a los que vuelvo una y otra vez nacen del extrañamiento frente al territorio, la identidad y la memoria. Creo que la pertenencia cultural tiene mucho que ver con lo que nos falta, lo que buscamos sin llegar nunca a encontrar. Esa búsqueda vital se parece a lo que ocurre con la fotografía, donde lo más importante es lo que no se ve, lo que permanece oculto en una imagen».
Sobre la exposición SOLO
SOLO, exposición retrospectiva de Matías Costa en la Sala Canal, despliega el trabajo de tres décadas de un fotógrafo que participa de una doble naturaleza: la de cronista y la de poeta. El desarraigo, la frontera, la identidad en fuga, el proyecto fallido, la orfandad o el abandono son los temas que aportan a todas sus figuras una cualidad común: la de hijos de un naufragio, el de los grandes proyectos del siglo pasado. Un siglo visto ahora como una tierra baldía y página en blanco donde las ideas de hermandad y de comunidad quedaron rotas.
Ese corpus de trabajo (siete series realizadas en diversos lugares del mundo, desde el fotoperiodismo inicial a la mirada autoral y autobiográfica) solo se comprende en su profundidad gracias a un segundo estrato que recorre toda la muestra y se filtra entre las series un raro árbol genealógico formado por fotografías, documentos y páginas extraídas de centenares de cuadernos de trabajo. A modo de intrusos, estos restos del discurso desafían cronologías, lugares y lógicas narrativas para desvelar la génesis y evolución de cada proyecto, la de una misma familia, la de la escritura como indagación y la de la fotografía como salida y curación. Brindan un contexto para lo que no se ve en la imagen, aportan un juego de simultaneidades y reflejos y sugieren de qué modo cada fotografía de Matías Costa nace solo de una proyección de anhelos, recuerdos y fantasías germinadas en un aislamiento fértil.
La muestra abriga una nueva comprensión de la trayectoria de Costa. Pues reconstruir una familia deshecha, asimilarse a una comunidad disgregada o dar forma a la psique individual y a la biografía acaban siendo acciones de un mismo proyecto. El que comienza con un fotógrafo que, cuaderno y cámara en mano, se alza en un terreno yermo desde el que reconstruir lo sucedido en un pasado reciente. Solo, como sugiere el verso de Pasolini: “Voy vagando de un lado a otro buscando hermanos que ya no están”.
Sobre las cámaras X/GFX
“Mi trabajo ha ido evolucionando de forma natural hacia el uso del sistema X y GFX de Fujifilm. Siempre he trabajado con cámaras de visor directo, me gusta tener despejada una parte de la cara, para poder ver la realidad indistintamente, a través del visor y del ojo que me queda libre. Estoy muy acostumbrado a cámaras sencillas, discretas y de poco peso, así que cuando Fuji empezó a comercializar el modelo X-Pro supe que ya podía definitivamente dar el salto desde las aparatosas réflex que venía usando a mi pesar a este nuevo sistema que tanto se parece a la fotografía clásica que me gusta”.
“De igual forma, el sistema GFX me ha permitido seguir trabajando en formato medio con una calidad excepcional y una versatilidad increíble, una cámara ligera y manejable y una manera de trabajar idéntica a la de las cámaras de visor directo a las que estoy acostumbrado”.
“El tipo de trabajo que yo hago se enmarca dentro de la fotografía documental contemporánea, o de autor. Parto de una historia concreta para construir un relato más evocativo y personal, en el que la atmósfera, el tono y los detalles son a veces más importantes que la acción. Mi manera de fotografiar tiene mucho que ver con la deriva y la intuición, elijo una temática y un territorio, y a partir de ahí me dejo llevar, confiando en encontrar las imágenes a medida que voy perdiendo deliberadamente el rumbo inicial. Parto de un guión previo que modifico según voy encontrando cosas imprevistas. Por eso el tipo de cámara que necesito tiene que ser pequeña y de fácil manejo, que apenas se note su presencia, pero de una calidad óptima”.
Sobre el papel Fujicolor Crystal Archive Professional Paper – Maxima
“Poder hacer las copias de la exposición en sistema de revelado químico ha sido un privilegio y una grata sorpresa. El papel Máxima me ha proporcionado una saturación y una gama de colores extraordinaria. El aspecto de copia clásica de papel en color es ideal para mi tipo de trabajo. La exposición está siendo un éxito, y el público familiarizado con el copiado profesional se ha interesado mucho por el proceso de producción”.