Jeff Heads
El héroe del laboratorio
Esta vez hemos entrevistado a Jeff Heads, director de laboratorio de Digitalab. Siempre resulta muy estimulante hablar con Jeff sobre el negocio de procesamiento de imágenes fotográficas. Es uno de esos Originales que pueden mostrar y compartir su pasión por la fotografía y es un auténtico defensor de la impresión de fotografías.
¿Qué es Digitalab?
Digitalab es un laboratorio fotográfico profesional innovador con sede en Newcastle (Reino Unido). Digitalab es una empresa familiar propiedad de Jill Roe que lleva 70 años en el negocio. Su abuelo fundó la empresa, que entonces se llamaba Mobile Photo Services, en 1949. En aquel entonces el abuelo de Jill solía pasarse en moto por las iglesias locales y recogía las películas de los fotógrafos de bodas y las llevaba al laboratorio. Combinando en un principio laboratorio con tienda de cámaras, se aprovechó el traslado a unas nuevas instalaciones en 2007 para cambiar el nombre de la empresa a Digitalab y centrarse en proporcionar unos servicios de laboratorio con la máxima calidad (toda la impresión, montaje y enmarcado se realizan en la empresa) para fotógrafos profesionales, galerías, diseñadores y museos. Estamos orgullosos de ganar cuatro premios en la Convención de Sociedades de Fotógrafos (SWPP) de enero de este año, siendo el premio del Mejor Laboratorio Profesional el más satisfactorio para mí personalmente.
¿Quién es Jeff Heads?
Soy director de laboratorio en Digitalab y llevo trabajando en la empresa los últimos 19 años. Mi principal responsabilidad es cuidar del control de calidad del laboratorio y garantizar una calidad de impresión sistemática a lo largo de la amplia gama de impresoras que usamos en el laboratorio. Con un reciente aumento de la demanda, ahora superviso personalmente todas las impresiones de paneles de cualificación y competición fotográfica que producimos. La fotografía paisajística es una pasión personal y hace unos 10 años publiqué un libro de imágenes panorámicas de nuestra región… mi fotografía solo es una afición y una forma de relajación, como sabrá cualquiera que me siga en Instagram.
Háblenos de su experiencia profesional
Originalmente recibí formación como fotógrafo comercial e industrial para un estudio líder del norte de Inglaterra. En seguida me di cuenta de que se me daba bien el aspecto del cuarto oscuro del negocio, en particular el arte de la impresión. Después de llegar a ser director de laboratorio en ese estudio, pasé a ser supervisor de impresión manual en un laboratorio profesional líder del noreste de Inglaterra que se había especializado más en fotografía social y de bodas. Con la experiencia de trabajar en un estudio fotográfico comercial y de imprimir para fotógrafos de bodas y retratos, creo que tengo una idea bastante específica no solo de lo que necesitan nuestros clientes fotográficos, sino también lo que requieren los clientes de estos.
¿Qué le sirvió de inspiración para dedicarse al negocio de la impresión fotográfica?
En el colegio siempre me interesó el arte y al terminar hice un curso básico de arte y diseño, con la intención inicial de ser diseñador gráfico. Parte de ese curso fue fotografía y creo que fue algo acerca de ver cómo una imagen impresa aparecía gradualmente en la cubeta del revelador lo que realmente me sirvió de inspiración. Fue como una especie de magia negra… ¿o no debería llamarlo magia en blanco y negro?
¿Nos puede contar algo acerca de su pasión dentro del negocio del procesamiento de imágenes?
Eso es fácil, sin duda es trabajar en una imagen y ver los resultados finales como impresión fotográfica física. Es algo real, algo que puedes tocar y no solo una colección de píxeles en un monitor… una etapa de la que no pasan la mayoría de las imágenes de hoy en día. Una de las experiencias más satisfactorias es ver expuestas en una exposición una serie de impresiones que he imprimido personalmente y en las que he trabajado con un fotógrafo.
¿Cómo cree que la digitalización ha influido en el negocio de la impresión fotográfica?
La digitalización del proceso de impresión nos ha permitido hacer cosas en una imagen en un espacio de tiempo mucho más corto de lo que era posible anteriormente y también hemos podido mejorar y editar imágenes de una manera que nunca se habría podido conseguir cuando se imprimía de negativos o transparencias. La facilidad del flujo de trabajo de la exposición digital de imágenes en papel fotográfico significa que se pueden producir imágenes de forma mucho más rápida, más precisa y más sistemática de lo que se podía conseguir anteriormente con la impresión analógica. La combinación del control digital y la calidad de impresión de tonos continuos de las impresiones tipo C proporciona sin duda las mejores impresiones posibles. La facilidad de transferir imágenes digitales y nuestro sistema de pedidos en línea de uso sencillo también ha permitido que Digitalab proporcione impresiones a clientes no solo de otros lugares del Reino Unido, sino también de otros lugares del mundo.
¿Qué es lo que más le gusta de los papeles fotográficos originales de Fujifilm?
Los papeles fotográficos de Fujifilm tienen la reproducción más precisa del color y la calidad y la consistencia entre los distintos lotes de papel hacen que sea todo un placer trabajar con ellos. El soporte y la capacidad técnica del equipo de Fujifilm también es algo en lo que sabemos que podemos confiar siempre que haga falta.
¿Tiene alguna clase preferida de papeles fotográficos originales de Fujifilm?
Personalmente me encanta el nuevo papel Maxima que Fujifilm ha empezado a comercializar recientemente. El aumento de la densidad de impresión (mejores negros), las mejoras en los detalles de sombras y una gama más amplia de colores, junto con la nitidez HD, ya han hecho que sea muy popular entre nuestros clientes. Mi otro preferido es Fujiflex, ideal para fotografía comercial y de moda, donde se muestra en todo su esplendor la fantástica intensidad de los colores.
¿Cómo ve el futuro del negocio de impresión profesional?
En Digitalab estamos viendo cambios importantes respecto a los primeros tiempos de la era digital, cuando los laboratorios profesionales recibían menos encargos de impresión y muchos fotógrafos imprimían su propio trabajo. El complicado mundo de la gestión del color y el tiempo y el coste de imprimir su propio trabajo significa que usar un laboratorio profesional no solo ahorra dinero a los fotógrafos, sino que estos pueden dedicar ese tiempo a ser más productivos haciendo fotografías y dejar la impresión a los expertos. Al igual que el vinilo está resurgiendo en la industria de la música, «la impresión» también se está recuperando. Esto, junto al creciente interés en volver a hacer fotos en películas -que seguimos procesando pese a nuestro nombre-, significa que las perspectivas para los laboratorios profesionales son muy buenas.
¿Qué le aconsejaría a los fotógrafos con porvenir?
Les recomendaría que imprimieran más obras suyas. Aparte de la satisfacción personal que recibirán de ver sus imágenes impresas, el hecho de imprimir sus imágenes les ayudará a mejorar su destreza fotográfica. Muchos de los mejores fotógrafos que conozco han sido impresores en una época temprana de sus carreras. Numerosos fotógrafos nuevos que solo suministran archivos digitales también están dejando pasar oportunidades de negocio al no vender impresiones o arte mural. Por tanto, recomiendo imprimir más, aprender más y ganar más.